Llamados a Estar Siempre Alegres
Con demasiada frecuencia estamos o nos
sentimos tristes.
En este Tercer Domingo de Adviento la
liturgia nos habla precisamente de Dios
como el Señor de la danza.
El
Señor se siente feliz por venir a nosotros: “Él danzará con gritos de
alegría por ustedes, como en un día de
festival”.
Para el Señor, el estar con nosotros es
una auténtica fiesta.
¿Es una fiesta también para nosotros el
estar con él?
Abrámonos a la alegría de la venida y de
la presencia duradera del Señor entre nosotros.
Él viene a nosotros con su paz, su amor
y su perdón, no solamente en la gran fiesta de Navidad, sino en cada eucaristía
y cada día, cuando estamos dispuestos a hacer crecer en nosotros y en nuestro
mundo el amor y la paz de Dios.
EL AMIGO DE LA FAMILIA 16 d... by on Scribd