30 julio, 2017

Domingo 17º del tiempo ordinario



¿Por Qué Valor Arriesgo Todo?

La gente sueña con frecuencia en encontrar un tesoro o ganar el primer premio en la lotería.

El mensaje de hoy nos pregunta:

Para ustedes, cristianos, ¿es su fe, su vida cristiana, su intimidad con Dios el tesoro de su vida?

¿Están dispuestos a arriesgar todo por ese tesoro?

El reino de Dios, el evangelio, nuestra fe son la perla y el tesoro que tenemos que encontrar y guardar.


Que el Señor nos enriquezca a todos con esos bienes.   



23 julio, 2017

DOMINGO 16º DEL TIEMPO ORDINARIO


Paciencia con Las Malas Hierbas

Te sientes sorprendido felizmente cuando, después de un disparate o una ofensa de tu parte, la persona ofendida lo toma con paciencia y te da nuevas oportunidades.

Así actúa Dios con nosotros. Él sigue creyendo en nosotros.

Esa es también la forma cómo quiere Dios que nos tratemos unos a otros.

Como él, nosotros deberíamos ser plenamente conscientes de que la gente no es ni enteramente buena ni completamente mala, y que por lo tanto deberíamos ser pacientes, perdonando, confiando y dando tiempo para sanar.


Demos gracias a nuestro Dios por su paciencia, y pidámosle que nos haga un poco como él es.




09 julio, 2017

DOMINGO 14º DEL TIEMPO ORDINARIO


“Yo Les Daré Descanso y les Aliviaré”

Cuando nos sentimos preocupados y desalentados, ¡qué bueno es tener un amigo de confianza a quien acudir y a quien volcar nuestro corazón!

Ojalá, todos ustedes tengan tal amigo y que no sean tan soberbios como para no desahogarse ni abrir su corazón.

¿Qué tipo de amigo será  ése?

Alguien que pueda escucharte, alguien amable, que tenga tiempo para ti.


Jesús se nos ofrece a sí mismo hoy como tal amigo comprensivo, amable y humilde, que puede darnos paz interior.



02 julio, 2017

DOMINGO 13º DEL TIEMPO ORDINARIO


Es a Mí a Quien Ustedes Acogen

¿Nos damos cuenta de que cuando recibimos a extraños  recibimos al Señor mismo?

La misma palabra de Jesús nos lo demuestra.

Con el extraño, Dios nos visita. 

Esto se aplica no solamente a nosotros en nuestras familias, sino también en nuestras comunidades eclesiales.

¿Cómo recibimos a “extraños y desconocidos” en nuestras iglesias, y a gente que ha venido de otras parroquias?

¿Acogemos al Señor en ellos?

Recordemos cómo el Señor nos acoge cuando nos reunimos para celebrar en la Comunidad.