Domingo 16º del tiempo ordinario.
A la luz de los textos bíblicos que la
liturgia nos regala este domingo podríamos bien decir que este es el domingo de
la hospitalidad. Una de las siete obras de misericordia corporal que hemos
valorado y recomendado este año.
Es sorprendente cómo personas pobres y
humildes pueden ser con frecuencia muy hospitalarias con otros. Ofrecen a sus huéspedes comida y bebida que ellos
mismos no pueden permitirse.
¿Somos nosotros acogedores para el
huésped, para el extraño?
Abramos nuestras puertas y nuestros
corazones. Es quizás Jesús mismo quien viene a nuestro hogar.
San Benito aconsejaba a sus monjes:
“Viene el huésped, viene Cristo; acójanle”.
Seamos atentos para con él. Y recordemos
lo acogedor que es Jesús para con nosotros, siempre, y especialmente en cada
eucaristía.