16 julio, 2016

DÍA DE LA VIRGEN DEL CARMEN


LA VIRGEN DEL CARMEN Y LA CRUZ DE CHILE
En el santuario de Maipú surgió nuestro emblema misionero

En nuestras manifestaciones públicas de fe y en nuestras sedes, las comunidades católicas de Magallanes solemos enarbolar un símbolo heráldico que está cerca de cumplir 50 años: la “Cruz de Chile”.

Es una cruz azul, cuyos brazos tienden a equilibrar en proporción la dimensión vertical y horizontal en sugestivo mensaje pastoral. En la intersección de los maderos tiene una estrella blanca, alusiva a la Estrella Solitaria de la Bandera de Chile. Completa el diseño una cinta roja que cuelga de ambos brazos horizontales. El mensaje salta a la vista: una fusión entre la cruz cristiana y la bandera chilena... "Nuestra bandera hecha cruz", en palabras del P.  Joaquín Alliende L., inspirador del símbolo.


EL ORIGEN DE LA CRUZ

Presentada como símbolo de la Iglesia inculturada en Chile por el Equipo Pastoral de Maipú, el diseño se estrenó en el Sínodo de Santiago realizado en 1967 para la aplicación del Concilio Vaticano II. El primer ejemplar de esta cruz fue labrado con madera sureña por el obispo de Osorno, Fray Francisco Valdés S. La estrella de esta cruz original fue hecha con la plata fundida de una colección de monedas donadas por un minero iquiqueño para este fin, la cinta roja fue tejida a telar por artesanas de Doñihue.

Hernán Poblete V., en "Maipú: historia y templo", recuerda: "El 3 de septiembre de 1967, una multitud calculada en ochenta mil personas peregrina a Maipú, como acto final del Sínodo de Santiago. Nace, en esa oportunidad, la Cruz de Maipú: maderos azules, una estrella blanca al centro, una cinta roja colgando de los brazos. Cada grupo de iglesia, cada parroquia trae una…”

Las comunidades magallánicas labraron sus primeras cruces de Chile en 1968 para participar en los actos masivos organizados por la visita de la imagen histórica de la Virgen del Carmen y lo mismo ocurrió en cada diócesis del país, convirtiendo a la “Cruz de Maipú” en un nuevo símbolo que sustituyó las banderas blancas de la Acción Católica. En la obra citada, añade Hernán Poblete V.: “El 10 de noviembre de 1968, unas cien mil personas presididas por todos los obispos de Chile, culminaron en Maipú la campaña evangelizadora, durante la cual fue llevada por todo el país la histórica imagen de la Virgen del Carmen. En esa ocasión, los obispos bendijeron la “Cruz de Chile” que, desde entonces, presidirá todas las ceremonias en el Santuario Nacional".

Por la procedencia de sus materiales (madera sureña, monedas iquiqueñas y tejidos rancagüinos), se enfatiza que la Cruz de Chile fue fabricada con aportes que representan las tres grandes zonas de nuestra geografía: Norte, Centro y Sur.


LA CRUZ GIGANTE DE MAIPÚ

El entusiasmo católico generado por las actividades del Equipo Pastoral de Maipú con su mensaje de patriotismo solidario y catolicismo militante en tiempo de cambios sociales y culturales; con textos, cantos, oraciones y símbolos renovados de la devoción a la Virgen del Carmen, Madre de Chile y educadora de la fraternidad de los chilenos, permitió retomar con energía los trabajos pendientes para concluir el Templo Votivo de Maipú. Así, la Fundación Voto Nacional O'Higgins consiguió que el esperado templo pudiera inaugurarse el 24 de octubre de 1974 con otra gran Peregrinación Nacional -cierre del Año Santo convocado para promover la reconciliación entre los chilenos- invocando a la Virgen del Carmen como protectora nacional luego de la ruptura total de 1973.

Para ese acto, se acordó que cada Diócesis de Chile aportara un cubo tallado en madera de 50 x 50 centímetros cada uno y con imágenes alusivas al lugar de su procedencia. Hay algunos con labrado artístico, pinturas o esmaltes, otros con aplicaciones de metal y cerámica. Los 25 cubos fueron dispuestos formando la gran “Cruz de Chile” que se encuentra hoy en el Templo Votivo de Maipú, en cuyo armado, montaje y pintado colaboró el destacado pintor Claudio Di Girolamo, entre otros artistas.

El color azul base, tomado del turquí de nuestra bandera, es interpretado como representación del anhelo del Cielo. Se le colocó originalmente una franja roja tejida por las mujeres de cada diócesis y, aunque también es del color de nuestra bandera, representa la Sangre de Cristo y el sacrificio. La estrella de madera de olivo fue encargada a artesanos de Belén. Aunque hubo intenciones de pintarla blanca, se decidió mantener la nobleza de su madera y sus vetas a la vista. Como en el símbolo original de la bandera jurada en 1818, esta estrella representa la Virgen del Carmen, Madre de Chile y protectora de sus Fuerzas Armadas. Refiriéndose a este signo, el P. Joaquín Alliende L., primer rector del santuario de Maipú, dice: "Cuando Chile tiene forma de Cristo, tuya es la patria. En las islas chilotas, en los valles del norte, en sindicatos y barrios santiaguinos, en todas partes: la Cruz de Maipú, la Cruz de Chile. Es un tricolor hecho a imagen y semejanza de Jesús. Un desafío y una tarea."

Cabe señalar que, esta gran Cruz de Chile tenía en principio sus brazos más largos que la actual, algo que se puede advertir en las fotografías de la época. Con el tiempo se quiso acentuar la verticalidad, reubicando algunos cubos en la base y aumentó su altura hasta poco más de 10 metros, contando el plinto.

UN SÍMBOLO OFICIAL

La Cruz de Chile se integró de inmediato a la heráldica nacional. La visita de san Juan Pablo II en 1987, expandió más aún su popularidad, aunque tal vez pocos conozcan su origen y significado. En estos tiempos de Misión Territorial, volvemos a contemplar la bandera de la patria y la cruz de Jesús Resucitado con la estrella inspiradora de María que se funden en un solo símbolo y consigna para plantar “el Evangelio en el corazón de Magallanes”.