LA VIRGEN DEL CARMEN Y LA CRUZ DE
CHILE
En el santuario de Maipú surgió
nuestro emblema misionero
En nuestras manifestaciones
públicas de fe y en nuestras sedes, las comunidades católicas de Magallanes
solemos enarbolar un símbolo heráldico que está cerca de cumplir 50 años: la
“Cruz de Chile”.
Es una cruz azul, cuyos brazos
tienden a equilibrar en proporción la dimensión vertical y horizontal en
sugestivo mensaje pastoral. En la intersección de los maderos tiene una estrella
blanca, alusiva a la Estrella Solitaria de la Bandera de Chile. Completa el
diseño una cinta roja que cuelga de ambos brazos horizontales. El mensaje salta
a la vista: una fusión entre la cruz cristiana y la bandera chilena...
"Nuestra bandera hecha cruz", en palabras del P. Joaquín Alliende L., inspirador del símbolo.
EL ORIGEN DE LA CRUZ
Presentada como símbolo de la
Iglesia inculturada en Chile por el Equipo Pastoral de Maipú, el diseño se
estrenó en el Sínodo de Santiago realizado en 1967 para la aplicación del
Concilio Vaticano II. El primer ejemplar de esta cruz fue labrado con madera
sureña por el obispo de Osorno, Fray Francisco Valdés S. La estrella de esta
cruz original fue hecha con la plata fundida de una colección de monedas donadas
por un minero iquiqueño para este fin, la cinta roja fue tejida a telar por
artesanas de Doñihue.
Hernán Poblete V., en "Maipú:
historia y templo", recuerda: "El 3 de septiembre de 1967, una
multitud calculada en ochenta mil personas peregrina a Maipú, como acto final
del Sínodo de Santiago. Nace, en esa oportunidad, la Cruz de Maipú: maderos
azules, una estrella blanca al centro, una cinta roja colgando de los brazos.
Cada grupo de iglesia, cada parroquia trae una…”
Las comunidades magallánicas labraron
sus primeras cruces de Chile en 1968 para participar en los actos masivos
organizados por la visita de la imagen histórica de la Virgen del Carmen y lo
mismo ocurrió en cada diócesis del país, convirtiendo a la “Cruz de Maipú” en un
nuevo símbolo que sustituyó las banderas blancas de la Acción Católica. En la
obra citada, añade Hernán Poblete V.: “El 10 de noviembre de 1968, unas cien
mil personas presididas por todos los obispos de Chile, culminaron en Maipú la
campaña evangelizadora, durante la cual fue llevada por todo el país la
histórica imagen de la Virgen del Carmen. En esa ocasión, los obispos bendijeron
la “Cruz de Chile” que, desde
entonces, presidirá todas las ceremonias en el Santuario Nacional".
Por la procedencia de sus
materiales (madera sureña, monedas iquiqueñas y tejidos rancagüinos), se
enfatiza que la Cruz de Chile fue fabricada con aportes que representan las
tres grandes zonas de nuestra geografía: Norte, Centro y Sur.
LA CRUZ GIGANTE DE MAIPÚ
El entusiasmo católico generado por
las actividades del Equipo Pastoral de Maipú con su mensaje de patriotismo
solidario y catolicismo militante en tiempo de cambios sociales y culturales;
con textos, cantos, oraciones y símbolos renovados de la devoción a la Virgen
del Carmen, Madre de Chile y educadora de la fraternidad de los chilenos,
permitió retomar con energía los trabajos pendientes para concluir el Templo
Votivo de Maipú. Así, la Fundación Voto Nacional O'Higgins consiguió que el
esperado templo pudiera inaugurarse el 24 de octubre de 1974 con otra gran Peregrinación
Nacional -cierre del Año Santo convocado para promover la reconciliación entre
los chilenos- invocando a la Virgen del Carmen como protectora nacional luego
de la ruptura total de 1973.
Para ese acto, se acordó que cada
Diócesis de Chile aportara un cubo tallado en madera de 50 x 50 centímetros
cada uno y con imágenes alusivas al lugar de su procedencia. Hay algunos con
labrado artístico, pinturas o esmaltes, otros con aplicaciones de metal y
cerámica. Los 25 cubos fueron dispuestos formando la gran “Cruz de Chile” que
se encuentra hoy en el Templo Votivo de Maipú, en cuyo armado, montaje y
pintado colaboró el destacado pintor Claudio Di Girolamo, entre otros artistas.
El color azul base, tomado del
turquí de nuestra bandera, es interpretado como representación del anhelo del
Cielo. Se le colocó originalmente una franja roja tejida por las mujeres de
cada diócesis y, aunque también es del color de nuestra bandera, representa la
Sangre de Cristo y el sacrificio. La estrella de madera de olivo fue encargada
a artesanos de Belén. Aunque hubo intenciones de pintarla blanca, se decidió
mantener la nobleza de su madera y sus vetas a la vista. Como en el símbolo
original de la bandera jurada en 1818, esta estrella representa la Virgen del
Carmen, Madre de Chile y protectora de sus Fuerzas Armadas. Refiriéndose a este
signo, el P. Joaquín Alliende L., primer rector del santuario de Maipú, dice: "Cuando
Chile tiene forma de Cristo, tuya es la patria. En las islas chilotas, en los
valles del norte, en sindicatos y barrios santiaguinos, en todas partes: la
Cruz de Maipú, la Cruz de Chile. Es un tricolor hecho a imagen y semejanza de
Jesús. Un desafío y una tarea."
Cabe señalar que, esta gran Cruz de
Chile tenía en principio sus brazos más largos que la actual, algo que se puede
advertir en las fotografías de la época. Con el tiempo se quiso acentuar la
verticalidad, reubicando algunos cubos en la base y aumentó su altura hasta
poco más de 10 metros, contando el plinto.
UN SÍMBOLO OFICIAL
La Cruz de Chile se integró de
inmediato a la heráldica nacional. La visita de san Juan Pablo II en 1987, expandió
más aún su popularidad, aunque tal vez pocos conozcan su origen y significado.
En estos tiempos de Misión Territorial, volvemos a contemplar la bandera de la
patria y la cruz de Jesús Resucitado con la estrella inspiradora de María que
se funden en un solo símbolo y consigna para plantar “el Evangelio en el
corazón de Magallanes”.