LA CRUZ Y YO
Las cruces son siempre duras de llevar y
estamos tentados de refunfuñar y revelarnos ante los sufrimientos y pruebas de
la vida.
Pero Jesús fue delante de nosotros:
cargó con la cruz por nosotros y murió por ello, después resucitó.
Dios es más fuerte que la muerte, y la
necedad y el escándalo de la cruz nos ha salvado de nuestros pecados y la
muerte.
La cruz fue el camino de Jesús hacia la
victoria.
Para todo discípulo de Jesús éste es el
camino para la vida y la resurrección.
Unámonos a Jesús en la eucaristía y
celebremos con Él el sacrificio de la cruz.
Examinemos ante el Señor:
¿Cómo llevamos nuestras cruces?
¿Cargamos con ellas como Cristo? ¿Es la cruz de Jesús un escándalo para
nosotros o nuestra esperanza y salvación?