10 septiembre, 2017

DOMINGO 23º DEL TIEMPO ORDINARIO


Perdón y Libertad

¿Nos amamos bastante unos a otros, y amamos bastante al Señor y a la comunidad, como para ayudarnos unos a otros cuando alguno se extravía por mal camino?

Si realmente nosotros somos la Iglesia, somos una comunidad en torno a Jesús y por tanto somos hermanos los unos de los otros.

Esto significa: Nos amamos unos a otros, nos aceptamos y servimos unos a otros, tanto que tenemos el valor de corregirnos unos a otros cuando erramos.

Porque esas personas son mi hermano o hermana, ellas son mi preocupación.

Oremos con Jesús, para que tengamos tal valor, y que nuestros hermanos y nosotros aceptemos la ayuda que nos ofrecemos para liberarnos.

Con Jesús en medio de nosotros, al menos cuando somos conscientes de ello
podemos hacer de nuestra comunidad un lugar donde poder hablarnos con libertad unos a otros y ayudar a los que viven con problema para mantenerlos en la comunidad o para persuadirles para que vuelvan, y así ofrecerles nuevas oportunidades, ya que sabemos que somos responsables los unos de los otros.

Que el Señor nos conceda esta apertura de espíritu y este valor.