08 febrero, 2015

DOMINGO 5° DEL TIEMPO ORDINARIO


Se puso a orar

Galilea era la periferia en el Israel de Jesús. Después de las primeras resistencias a su mensaje, Jesús abandona el espacio cultual y reconduce su misión hacia las fronteras. Jesús va a la periferia desde su centro. Abandona la periferia de la superficialidad para acceder a lo esencial de sí mismo. La disponibilidad a la misión es proporcional a la intensidad de la oración, de la interioridad que adora. Los cristianos no somos un club que se reúne los domingos para recibir consignas. Somos un pueblo en camino que se sabe salvado y conducido desde dentro, hacia todos.

La experiencia orante es mensurable: si advierto hoy los mismos defectos y manías que hace veinte, diez o cinco años; persigo los mismos sueños, descanso en la inercia; avanzo en la rutina, me cierro a lo diferente o rehúyo el contraste y la crítica… Si éste es el color de mi paisaje interior, no oro de modo adecuado. Es imposible exponerse a la gracia y no nacer de nuevo.



Boletín dominical de la Diócesis de Punta Arenas - Chile