01 febrero, 2015

DOMINGO 4° DEL TIEMPO ORDINARIO


Jesús, Liberador

Los enfermos sienten muy profundamente cómo la enfermedad los incapacita.

Hay cosas que quieren hacer, pero no pueden; es como si no fueran cabalmente humanos.

Percibimos esto con mayor fuerza en las personas mentalmente discapacitadas.

Hoy vemos a Jesús obrando con su poder de curación. No es que cure a todos los enfermos, pero muestra que Dios quiere que las personas sean íntegras y sanas  -eso es lo que significa "curar"-. 

Jesús quiere que lleguemos a ser como él, es decir, personas plenamente humanas, buenas e íntegras, no sólo físicamente, sino en todos los sentidos, porque es entonces cuando honramos plenamente a Dios, hechos a su imagen y semejanza.

Pidamos a Dios que nos traiga curación y salvación.

Oh Dios, todo-amoroso y fiel:

En tu Hijo Jesucristo nos mostraste

lo que significa ser cabalmente humanos 

y viste con agrado que trajera a todos los que le reciben

la curación del perdón y la vida.

Que él nos toque con su mano salvadora,

que nos dirija su palabra restauradora,

para que nos haga íntegros y libres

y para que con él luchemos contra todo mal

y te sirvamos a ti, nuestro Dios vivo,

y a los hermanos que nos has confiado.

Te lo pedimos en el nombre de Jesús, el Señor. 





Boletín dominical de la Diócesis de Punta Arenas - Chile

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