¿QUIÉN FALTA
AQUÍ?
Cuando nos reunimos para los cristianos,
lo hacemos porque somos comunidad.
¿Hasta qué punto somos comunidad, aun
estando reunidos en torno a Cristo?
Quizás falten hermanos, porque no se
sienten aceptados.
Quizás se ausentan porque son demasiado
pobres para lucir bonita indumentaria, o temen que los menospreciemos por su
incapacidad o deficiencia social o mental, o incluso física.
¿Por qué nuestra comunidad no se abre
suficientemente para integrarlos y para liberarlos de sus temores y soledad?
¿Estamos dispuestos a reintegrarlos a la
comunidad, como nos enseña Jesús este domingo, con su palabra y con su ejemplo?
Pidamos al Padre de todos que nos acepte
y que nos ayude a aceptar a los otros…
Oh Dios, Padre de misericordia y
compasión:
Los auto-satisfechos rechazaron a tu
Hijo;
los pecadores y los marginados le
aclamaron
y, con lágrimas y alegría, le
reconocieron
como a su Señor y su Salvador.
Y así pudo él sanarlos.
Ayúdanos a hacer lo mismo que hizo tu
Hijo.
Envíanos, en busca de los hermanos
débiles
para que recuperen su autoestima,
su esperanza y su coraje indestructible
para poder llegar a ser de nuevo
plenamente humanos
como hermanas y hermanos nuestros.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro
Señor.
Boletín dominical de la Diócesis de Punta Arenas - Chile