30 noviembre, 2014

DOMINGO 1° DE ADVIENTO


TIEMPO DE ADVIENTO...

“Adviento se llama a estas semanas de preparación de Navidad porque el espíritu es una espera del que vendrá. 

San Pablo, en la I Lectura de la liturgia de hoy, nos dice que estemos preparados para la venida. 

Adviento recuerda la primera venida de Cristo que presagiaron los profetas del Antiguo Testamento anunciando un Dios que venía a salvar en el dolor y la humildad. 

Adviento recoge todas las páginas de los profetas. 

Adviento actualiza en el hambre de Dios de los hombres de hoy, todos los suspiros de los profetas: “¡Ojalá vinieras, Señor, a salvar al pueblo!”. 

Adviento es celebrar la venida de salvación que Cristo realizó hace veinte siglos, pero no es historia, es futuro”. 


Boletín dominical de la Diócesis de Punta Arenas - Chile.







23 noviembre, 2014

JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO


El Enfermo y el Hambriento Eres Tú, Señor.


Hoy concluimos el Año Litúrgico, el Año de la Iglesia, con la solemne celebración de Cristo, nuestro Pastor y Rey. 

Vino a nosotros como nuestro Buen Pastor y nos confió la responsabilidad de cuidar unos de otros. 

Cuando venga a evaluar nuestra vida y a verificar  cuánto hay de bueno a su ojos y a los nuestros, él nos preguntará: ¿Se han preocupado los unos por los otros, han servido ustedes a los demás, especialmente a los pobres y a los débiles?  

No es sólo cuestión de servir a otros: 

Se trata también de servir a Dios,  ya que el prójimo en necesidad no es sino Cristo mismo "encarnado". 

Se trata, por lo tanto, de un acto de fe profunda. 

Este domingo pidamos al Señor fe profunda y amor generoso para vivir propagando su "Reino". 


Boletín dominical de la Diócesis de Punta Arenas - Chile







16 noviembre, 2014

DOMINGO 33° DEL TIEMPO ORDINARIO


Se Nos Ha Confiado Mucho

Dios, el Señor, confía en nosotros más de lo que quizás nosotros confiamos en nosotros mismos. 

Él nos confía muchísimos talentos y cualidades, no solamente para realizarnos plenamente como personas y llegar a ser los cristianos que él nos ha llamado a ser, sino también para construir la Iglesia y el Reino de Dios.

¡Qué tremenda confianza! Él se pone a sí mismo, su Iglesia y el Reino en nuestras manos!

Esa confianza se convierte en nuestra responsabilidad.


Este domingo pidaos a Jesús, el Señor, que nos dé la gracia de saber responder plenamente a la profunda confianza de Dios en nosotros.


Boletín dominical de la Diócesis de Punta Arenas - Chile









09 noviembre, 2014

DOMINGO 32 DEL TIEMPO ORDINARIO - DEDICACIÓN DEL TEMPLO DE SAN JUAN DE LETRÁN


Templo en construcción

Los cristianos construimos templos para dar culto a Dios.

Los templos cristianos no tienen sentido si no apuntan hacia la Iglesia (Eclesia = Asamblea), la Comunidad - Cuerpo de Cristo animado por su Espíritu.

Dios está presente, en primer lugar, allí donde está el pueblo cristiano reunido con su fe, esperanza y amor.

Nosotros somos la Iglesia, y por la gracia de Dios nosotros hacemos la Iglesia; somos sus piedras vivas para la construcción.

Cuando nos reunimos en el templo, expresamos que somos el nuevo pueblo vivo de Dios que construye nuestras vidas en Cristo.

El templo o Basílica de san Juan de Letrán, además de ser la catedral de Roma y del Papa en calidad de obispo de la ciudad, es también la Iglesia madre y cabeza de todas las iglesias del mundo. De ahí el alcance universal de esta celebración litúrgica, en la que las iglesias de los cinco continentes se unen gozosas a la de Roma que preside visiblemente a todas las Comunidades cristianas del mundo en la caridad

La liturgia católica nos recuerda que el cuerpo de Cristo muerto y resucitado, sustituyó al templo judío de Jerusalén, y se ha convertido ahora en el cimiento sólido sobre el que vamos edificando día a día el edificio vivo de la Iglesia “en Dios Padre y en el Señor Jesucristo” (1 Ts 1,1).



Boletín dominical de la Diócesis de Punta Arenas - Chile











02 noviembre, 2014

DOMINGO 31 TIEMPO ORDINARIO - CONMEMORACIÓN DE LOS FIELES DIFUNTOS



CREADOS PARA LA VIDA

La muerte permanecerá un misterio y un sufrimiento. Pero, como cristianos, vivimos en fe y esperanza.

Si tuviéramos suficiente fe, soportaríamos la muerte sin miedo y la acogeríamos como un regreso a la casa del Padre.

En nuestra fe no hay lugar para dudar de que en la muerte Dios no abandonará a su gente, obra de sus manos, hecha a su imagen y semejanza, por quienes Cristo murió y resucitó de entre los muertos.

Dios no nos dejará perecer para siempre. En Cristo tenemos la promesa de Dios de que nosotros resucitaremos también de entre los muertos para la gloria y alegría eternas.


Con esta esperanza, en este día con toda la Iglesia, ponemos a nuestros difuntos en las manos del Dios de vida con nuestra oración: 


Querido Dios y Padre nuestro:
Tú nos conoces y nos amas más allá de la muerte.

Te agradecemos
por habernos llamado
a vivir por siempre en tu amistad.

Te agradecemos  
por la felicidad sin fin
de los santos que viven en tu alegría.

Te agradecemos
por tu amor eterno hacia nosotros
y hacia todos nuestros queridos difuntos.

Recibe nuestra acción de gracias
por medio de Jesús, tu Hijo,
que vence a la muerte con su resurrección,

y es Señor de la Vida… 
de nuestras vidas. Amén.


Cantos de Fe y Esperanza para este día de recuerdo amoroso de nuestros Difuntos.


Boletín dominical, Diócesis de Punta Arenas - Chile







01 noviembre, 2014

TODOS LOS SANTOS


En esta celebración de Todos los Santos nos preguntamos: ¿Qué idea tenemos de los santos? Son para nosotros como soñadores idealistas, fuera de todo contacto con el mundo y con la gente, pasivos y tristones como sus estatuas? La liturgia de hoy nos cuenta una historia diferente. 

Los Santos son gente como nosotros, con la misma carne y sangre que nosotros. Pero tuvieron la valentía de ser diferentes, de hacer las cosas ordinarias de la vida a la manera extraordinaria de Cristo, de quien toman su valor. 

Ellos nos avergüenzan con su serena, pero fuerte amabilidad, su integridad, su entrega a Dios y a sus hermanos, trabajando por la justicia, la verdad y la paz. Pidámosle al Señor, que está aquí con nosotros, la fuerza para seguirle a él como ellos lo hicieron.


Oh Dios de esperanza y Señor del futuro:
Por medio de los santos nos inspiras hoy
con nuevas esperanzas en el futuro del mundo y de la gente.
Que nos percatemos, Señor,
de que, con tu fuerza,
hasta nuestros sueños más atrevidos
pueden hacerse realidad,
e incluso pueden ser superados:
que la justicia, la paz y el amor
sean valores por los que valga la pena vivir y morir,
y que, un día, tú corones
tu propio trabajo en nosotros,
por Jesucristo nuestro Señor. Amén.