01 noviembre, 2014

TODOS LOS SANTOS


En esta celebración de Todos los Santos nos preguntamos: ¿Qué idea tenemos de los santos? Son para nosotros como soñadores idealistas, fuera de todo contacto con el mundo y con la gente, pasivos y tristones como sus estatuas? La liturgia de hoy nos cuenta una historia diferente. 

Los Santos son gente como nosotros, con la misma carne y sangre que nosotros. Pero tuvieron la valentía de ser diferentes, de hacer las cosas ordinarias de la vida a la manera extraordinaria de Cristo, de quien toman su valor. 

Ellos nos avergüenzan con su serena, pero fuerte amabilidad, su integridad, su entrega a Dios y a sus hermanos, trabajando por la justicia, la verdad y la paz. Pidámosle al Señor, que está aquí con nosotros, la fuerza para seguirle a él como ellos lo hicieron.


Oh Dios de esperanza y Señor del futuro:
Por medio de los santos nos inspiras hoy
con nuevas esperanzas en el futuro del mundo y de la gente.
Que nos percatemos, Señor,
de que, con tu fuerza,
hasta nuestros sueños más atrevidos
pueden hacerse realidad,
e incluso pueden ser superados:
que la justicia, la paz y el amor
sean valores por los que valga la pena vivir y morir,
y que, un día, tú corones
tu propio trabajo en nosotros,
por Jesucristo nuestro Señor. Amén.