09 marzo, 2014

DOMINGO 1° DE CUARESMA

          

          
          ¿De dónde procede el mal? 
          ¿Por qué el hombre es malo a veces? 
          ¿Por qué es penoso el trabajo? 
         ¿Por qué la muerte?

Las lecturas bíblicas de este domingo quieren contestar esas graves preguntas:

-La serpiente era el más astuto de todos los animales.

El término serpiente es «arum» en hebreo. El término mismo es simbólico porque también significa «astuto» y «desnudo». La serpiente es a la vez temible porque ataca por sorpresa, pero está desnudo, desarmado, sin caparazón, ¡nada protege su piel! Hemos de dar muestra de tener inteligencia para captar la sutileza del relato. En el Antiguo Oriente se adoraban las serpientes. La Biblia las desmitifica y las considera símbolo del «Adversario» del hombre y de Dios. A través de imágenes concretas el sabio nos previene de los mecanismos del mal que se infiltra en nosotros. Si somos perspicaces descubriremos la fina psicología de la tentación y eso nos ayudará a ser prudentes y saber vencerla. Sean más astutos que la misma «astucia», parece sugerirnos el narrador.

-"¿Cómo es que Dios les ha dicho: No coman de ninguno de los árboles del jardín?» Esas primeras palabras contienen ya toda la maniobra.

Dios no ha prohibido comer de todos los árboles. Por el contrario los ha dispuesto todos para que el hombre comiera de ellos. Pero el tentador, olvidando ese «don» fabuloso, concentra toda su atención en lo único «prohibido»: Así Dios, en lugar de ser «el que ama y lo da todo al hombre» es presentado como «el que traba, el que prohíbe ciertas cosas al hombre».

-«¡De ninguna manera morirán! Es que Dios sabe muy bien que el día en que comieren de él, se les abrirán los ojos y serán como dioses, conocedores del bien y del mal.» La astuta «serpiente» sugiere que Dios tiene celos. Dios quiere impedir que sean felices, sabios como El. Dios quiere retener para sí sólo, su propia naturaleza.

Es patente a qué profundidad se sitúa este relato aparentemente infantil: la raíz del pecado no es simplemente la desobediencia a Dios, es una deformación de la imagen misma de Dios. Es una «anti-fe», un «anti-Dios» un «contramensaje»: ¿se imaginaban que Dios era superior a ustedes, tenían miedo de él y de sus prohibiciones? Vean, en cambio, como está buscando sus intereses. ¡El es quien tiene miedo de ustedes!

Toda la revelación, que se irá desarrollando a través de la Biblia y del Evangelio, será el desenvolvimiento de ese pensamiento teológico admirable: es gran verdad que el hombre esta destinado a «compartir la naturaleza divina» (2 Pedro 1,4)... es gran verdad que el proyecto de Dios es «dar al hombre la vida eterna»... Es gran verdad que la Encarnación de Dios en la carne es el medio para ello...

Pero todo esto es un «don gratuito» de Dios y no una conquista orgullosa del hombre. Así, lo contrario del pecado es la «fe». Se trata de restablecer para el hombre la relación falseada y rota. Se trata de restablecer la confianza. Es preciso «corresponder» a lo que Dios quiere para nosotros. Hay que aceptar recibirlo todo de El: la fe es esto.

-La mujer tomó de su fruto y comió y dio también a su marido, que igualmente comió. Entonces se les abrieron los ojos y se dieron cuenta de que estaban "desnudos". ¡Oh desencanto! Están ahora «desnudos» como la serpiente... lo estaban ya antes, pero ahora lo saben: son frágiles, indefensos.

¿De dónde procede el mal? De la fragilidad humana. El hombre no es Dios. Sólo Dios es perfecto. Todas las cosas creadas son sólo creaturas.


¿De dónde procede el mal? De un Adversario hábil. Este texto sugiere que el hombre es juguete de «fuerzas que le sobrepasan". Satán, el diablo... viene a añadirse a la fragilidad de la libertad humana.


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