07 octubre, 2012

DOMINGO 27 DEL TIEMPO ORDINARIO



Que Nuestro Amor Perdure 

El deseo ardiente del esposo y la esposa en el día de su matrimonio es: ¡Que nuestro amor no se marchite; que dure! Esto no es solamente un deseo de Dios para ellos, sino que es su mismísimo mandamiento. 

Dios quiere que la unión de los esposos en amor sea como su propio amor hacia su pueblo: fiel, fuerte, perenne, una verdadera alianza de amor. Con todos los matrimonios, con todos aquellos a quienes la amistad vincula juntos, con todas nuestras comunidades cristianas, hoy ante el Señor le pedimos: Que nuestro amor, de los unos a los otros,  sea fuerte, fiable, fiel.