28 octubre, 2012

DOMINGO 30 DEL TIEMPO ORDINARIO



"MAESTRO, QUE YO VEA"

Hoy celebramos el XXX domingo del tiempo ordinario. Aparentemente se trata de un domingo más, ordinario y de primavera, que da paso a la semana en que celebraremos la fiesta de todos los Santos de la Iglesia, los reconocidos como tal y los que no. No nos limitemos a esperar a que llegue el jueves, celebrar a los santos y recordar a quienes nos han precedido en el camino del encuentro personal con Dios, sino vivamos este domingo como ese encuentro personal. Hoy, en el evangelio, asistimos en primera fila a uno de los escenarios donde sucede un encuentro.

Hace apenas veinte días, al celebrar el cincuenta aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, Benedicto XVI inauguraba oficialmente el Año de la Fe. ¿Qué quiere celebrar exactamente la Iglesia con este acontecimiento? ¿Acaso podemos dar a la fe mayor importancia de la que tiene por sí misma para la vida de cualquier creyente? ¿Puede la reflexión teológica y eclesial ayudarnos a profundizar en nuestra fe personal? ¿Qué experiencias personales e intransferibles juegan este papel? Hoy, el ciego Bartimeo nos enseña qué actitud es necesaria para realizar la vivir de la fe: la esperanza en recuperar aquello que habíamos perdido.