30 septiembre, 2012

DOMINGO 26° DEL TIEMPO ORDINARIO



No, al monopolio del Espíritu.

Qué fácilmente desconfiamos de los que son diferentes a nosotros, particularmente gente de otras religiones. Él es musulmán o judío, o protestante, o extranjero. Para algunos, quizás para muchos, eso es bastante para desacreditar a esa persona o el bien que ella hace. --- Pero  aquí viene Jesús, cuyo corazón late para todos, y nos dice que tenemos que ser de mente abierta y sin prejuicios, y reconocer todo lo bueno que hay en los demás y en sus obras, sean ellos quienes sean. El mismo Espíritu es quien trabaja en nosotros y en todos los  que hacen el bien. Que el Señor abra hoy nuestra mente y nuestro corazón.