Hoy nos
regocijamos porque uno de nosotros ha alcanzado su destino definitivo. Hoy es
la gran fiesta de María, la fiesta de su Pascua, la Asunción de Nuestra Señora.
En la tierra siguió el camino de Jesús, vivió sin reservas las
Bienaventuranzas, y ahora comparte la gloria de su Hijo. La Asunción es para
nosotros un signo de esperanza. Nos recuerda que nosotros también estamos
llamados para participar con ella de la victoria de Jesús, si es que estamos
dispuestos a compartir con ella en la fe humilde, en el servicio a los pobres y
humillados en el reino de Dios. ¡Feliz día de la Asunción!