Una Misericordia Escandalosa
Algunas veces comentamos de gente
excesivamente buena y tolerante:
Se pasa de bueno (o buena) tolerando
eso, y perdonando tal pérdida de cara y de imagen.
¿Acaso no tienen (él o ella) agallas?
No, no deberíamos dejarnos engañar por
nadie, pero cuando se trata de perdón y
paciencia tenemos todavía mucho que aprender de nuestro Padre Dios.
¿Acaso no ha seguido él perdonándonos
siempre?
¿Acaso ha dejado él alguna vez de ser
paciente con nosotros?
Esto es lo que tenemos que aprender de
él, por más difícil que sea.
Pidamos a Jesús, presente con nosotros
aquí en esta eucaristía, que nos dé esa fuerza que necesitamos para perdonar.