17 marzo, 2019

Con Jesús en la Montaña.

DOMINGO 2º DE CUARESMA


Una vez u otra, hemos visto el rostro de alguna persona iluminada por la Buena Noticia de salvación, o un momento de felicidad real.

Un día el rostro de Jesús también se iluminó, se volvió radiante y se transformó totalmente por la comprensión íntima de que su trabajo y sufrimiento no serían en vano.

Ojalá también nosotros experimentemos momentos en que nuestros rostros se iluminen con profunda felicidad y en que proyectemos esa irradiación a los rostros y corazones de nuestros hermanos.

En esta cuaresma le pedimos al Señor que se digne obrar esta transfiguración en nosotros y que nos capacite para compartirla con los demás.