Habla en mi Nombre. Tú eres un Profeta.
¿Quién de nosotros se atreve a alzarse y a hablar claro al ver en nuestra sociedad o en la comunidad local algo que va contra el evangelio y contra los genuinos valores humanos?
El proclamar y extender el evangelio no siempre es bien acogido por la gente. Algunos fieles llegan incluso a protestar.
Muchas veces los mensajeros necesitan valor y audacia, porque van a tener que disgustar a líderes políticos o económicos, quienes replicarán que el mensajero está mezclándose en política y que es un demagogo, cuando lo que hace es simplemente pedir justicia o defender y ser la voz de los pobres que no tienen voz.
Como cristianos comprometidos, no podemos quedar mudos, tenemos que hablar y luchar, porque Dios nos ha confiado su palabra.
El profeta es literalmente una persona que habla en nombre de Dios.
Este domingo pediremos al Señor Jesús, el profeta perseguido y crucificado, que nos dé valor y fortaleza.