Nosotros También Somos Llamados
Aun antes de que pudiéramos conocerle,
Dios nos llamó por nuestro nombre, al ser bautizados.
Nos llamó a ser sus hijos e hijas y nos
dio a cada uno de nosotros una tarea en la Iglesia.
La vocación no se restringe sólo a
sacerdotes y monjas, sino que hay un llamado dirigido a todos nosotros.
Este llamado nos llegó no sólo una vez,
cuando nos hicimos hijos de Dios en el bautismo.
Dios sigue llamándonos día tras día a
vivir como hijos suyos y a trabajar por su reino.
Las lecturas que escucharemos este
domingo en la celebración eucarística son palabra de Dios y llamado para nosotros
hoy.
El sacrificio que ofrecemos con Jesús
nuestro Señor nos compromete a responder generosamente al llamado de amor de
Dios.