Domingo 34º del tiempo ordinario.
Hoy cerramos el año litúrgico, año de la
Iglesia, con la solemnidad de Cristo
Rey.
A través de todo este año hemos
contemplado con nuestros ojos el nacimiento, la vida, el mensaje, la muerte y
la resurrección de Jesús.
La liturgia de hoy resume algunos
aspectos clave de por qué él vino a vivir entre nosotros.
Jesús murió en la cruz por nosotros para
mostrarnos toda la profundidad del amor de Dios, su ilimitada misericordia con
los pecadores, la promesa del paraíso para el criminal crucificado, la gracia
de Dios que nos acepta como hermanos y hermanas del Nazareno e hijos y
herederos de su gloria.
Con Jesús damos gracias ahora al Padre
por concedernos perdón y vida.