Creemos en el Dios de la Vida.
Ninguna creencia, ninguna doctrina de fe
es tan fundamental para nosotros cristianos como la de creer que nuestro Señor
Jesús resucitó de entre los muertos y vive para siempre.
Juntamente con esto está nuestra fe -que para la gente pragmática de nuestra
época parece mucho más difícil de aceptar-
en que después de nuestra muerte nosotros también resucitaremos a una nueva vida.
Somos el pueblo de un Dios de vida.
Somos el pueblo de la resurrección.
Somos el pueblo que espera un futuro
infinito de felicidad, alegría y amor.
Expresamos esta fe, tranquila pero
firme, al reunirnos cada domingo alrededor
de Jesús resucitado.
Pidamos al Señor que afiance y
fortalezca esta nuestra fe.