Confianza en Dios.
En todas las
edades de la historia ha habido “profetas de desgracia”, como los apodaba el
“papa bueno” Juan XXIII.
Son personas tan
asustadas por los problemas de su tiempo que piensan que está ya cerca el fin
del mundo.
Nuestros días se
caracterizan por cambios rápidos, mucha violencia, hambre y sufrimiento.
Ahora conocemos
estos fenómenos inmediatamente vía televisión y otros medios de comunicación.
No es de
extrañar que surjan muchas sectas que especulen sobre el fin de nuestro mundo.
El mensaje de la
liturgia de hoy es: No tengan miedo. Sigan confiando en Dios, sean cristianos
maduros y sólidos y den testimonio del amor de Dios. Ustedes están en sus
manos, y Cristo está aquí en medio de nosotros.