Domingo
24º del tiempo ordinario
Cuando tú perdonas a alguien que te ha
ofendido mucho,
¿Cuánto te cuesta perdonar?
¿Lo haces a regañadientes, o bien con
alegría?
¿Tienes el coraje de dar el primer paso
para la reconciliación, o bien esperas a que el otro te pida humildemente
perdón?
El mensaje de hoy, a través de las
parábolas de la oveja perdida y del hijo pródigo, es de gran alegría y paz:
Dios es feliz perdonando a los pecadores.
Dios acoge y abraza. Es lo que ha hecho
con nosotros. ¿Cuántas veces?
¿No podemos hacer lo mismo nosotros, los
unos con los otros?