16 diciembre, 2013

VOLVIERON A SUS ISLAS LOS FISCALES DE CHILOÉ


Con una semana de experiencias atesoradas, retornaron al Archipiélago los 34 Fiscales que peregrinaron a nuestro santuario acompañados por el Pbro. Rector del santuario de Caguach, Don Arturo Mansilla G., por Don Milton Díaz G., cura vicario de la Parroquia de Quellón, y Sor Eulalia Mansilla M., religiosa franciscana de la Comunidad de Castro.


Con Vigilia y Eucaristía se despidieron los fiscales de Chiloé que peregrinaron al santuario de Jesús Nazareno en Punta Arenas.


El sábado 14, por la tarde, se realizó la despedida de los 37 peregrinos que vinieron desde Chiloé a compartir la espiritualidad nazarena con la Comunidad del Santuario patagónico y con la Comunidad María de Nazaret en Río Gallegos.


La Vigilia armonizó los momentos litúrgicos y gastronómicos: a las 17.00 horas los visitantes agasajaron a los dueños de casa con una once en que se intercambiaron recetas antiguas y nuevas para elaborar la papa.


A las 18.00 horas se inició el canto de las I Vísperas del domingo tercero de adviento presididas por el rector del santuario puntarenense. 


A las 18.45 correspondió presidir al rector del santuario de Caguach el canto de alabanzas y gozos marianos conservados en la memoria de los fiscales visitantes. 


A las 19.30 fue el turno del Vicario de Quellón que, con sabias exhortaciones concatenó la recitación y cantos de versos tradicionales dedicados a Jesús Nazareno en los misterios de su Pasión y Muerte en cruz. 


El Equipo de Comunicaciones del santuario registró cada una de las etapas celebrativas.


La concelebración eucarística presidida por el rector del santuario de Caguach fue el momento álgido de la vigilia, expresión de la alta estima que las iglesias de Chiloé y Magallanes tienen por la tradición y la religiosidad popular.


Con intercambio de regalos se desarrolló, más tarde, la cena de despedida con la abundancia de fraternidad y de bienes de Dios que solo en las mesas de los pobres es dable conocer.


Todos agradecidos, los viajeros se marcharon en la mañana del domingo 15, cargados de emociones y reconocidos de la hospitalidad, virtud cristiana y chilota que brilló en las casas de las familias que los alojaron y atendieron durante una semana.