LA GOLETA ANCUD
La Goleta Ancud fue un barco de guerra construido en Ancud en 1843 para trasladar la expedición
chilena que tomó posesión del Estrecho de Magallanes y lo ocupó militarmente al erigir en su ribera el Fuerte Bulnes.
CONSTRUCCIÓN Y PUESTA EN
SERVICIO
Las autoridades de Chile consideraban al Estrecho
de Magallanes un área de importancia estratégica, cuya soberanía era necesario
ejercer de modo efectivo. Estos territorios estaban incluidos nominalmente como
parte de Chile desde la Constitución de 1822, pero fue a fines de 1842, durante el gobierno de Manuel Bulnes Prieto, que se le encomendó al Contador de Marina Domingo Espiñeira, en calidad
de Intendente de la Provincia de Chiloé, la tarea de organizar una
expedición a la zona. Espiñeira trató de conseguir una nave adecuada para la
misión, pero no le fue posible encontrar ninguna que cumpliera los
requerimientos de un viaje de la clase que se iba a realizar y ordenó que se
iniciara la construcción de una.
Las obras estuvieron a cargo del Capitán de Puerto
de Ancud, John Williams Wilson quien era padre de Juan Williams Rebolledo, futuro Comandantes en Jefe de la Escuadra durante la primera parte de la Guerra del Pacífico. Se construyó en los astilleros de Ancud, capital de la Provincia de Chiloé en aquella época, con maderas y mano de obra local. Estuvo lista a fines
de marzo y zarpó en mayo de 1843.
Su nombre original era "Presidente Bulnes", pero Manuel Bulnes no aceptó tal denominación y se
la rebautizó como "Ancud" en honor a su puerto de origen. Su construcción tuvo
un costo de $1457. 11/2 reales.
CARACTERÍSTICAS GENERALES
Era una goleta de dos mástiles con casco de
madera, que desplazaba 27 ton y estaba armada con cuatro cañones de 40 lbs. Sus
dimensiones principales eran 15,84 m de eslora (largo), 3,80 m de manga (ancho) y 2,78 m de puntal (alto). Llevaba como instrumento
de navegación una sola brújula.
VIAJE
A MAGALLANES
La
goleta Ancud zarpó del puerto de Ancud el 22 de mayo de 1843. Los
tripulantes llevaban consigo víveres estimados para vivir unos siete meses y
materiales para el viaje y la puesta en marcha de la colonia que pretendían
fundar.
TRIPULACIÓN Y PROVISIONES
Al zarpar iban a bordo 22 tripulantes, de los cuales, alrededor de la mitad
iba a Magallanes con la misión de quedarse en el asentamiento permanente que se
creara: Juan Williams, Capitán. Jorge Mabón, piloto 2º de la Armada. Eusebio
Pizarro, sargento 2º de Artillería. Manuel González Hidalgo, teniente de
Artillería. José Hidalgo, cabo de Artillería. Manuel Alvarado, Lorenzo Arro,
Ricardo Didimus, Remigio González, Jerónimo Ruiz, José Santa Ana, José Víctor,
Horacio Luis Williams y José María
Yáñez, marineros. Cipriano Jara, Pascual Riquelme, Lorenzo Soto, Valentín Vidal
y Manuel Villegas, artilleros. Venancia Elgueta, esposa de Jara, e Ignacia
López, esposa de Vidal. Bernardo Philippi, sargento mayor de Ingenieros y naturalista prusiano.
Sobre la cubierta iban los animales de granja para
reproducirlos en tierras patagónicas, se trataba de una pareja de chivos, dos cerdos, tres perros y unas pocas gallinas.
VIAJE HASTA PUERTO AMERICANO
Primero se dirigieron al mar interior de Chiloé
a través del canal de Chacao. El 25 de mayo llegaron a Curaco de Vélez y allí se les unió un irlandés inmigrante, Karl Miller
Norton, un cazador de chungungos que fue aceptado con el puesto de práctico de
canales. Llevaban consigo dos chalupas, pero perdieron una de ellas durante unas marejadas
que enfrentaron al sur de Queitao, en el archipiélago de las Guaitecas. Recalaron en un lugar llamado Puerto Americano o Tangbac, en donde también
estaban fondeadas dos naves estadounidenses: la goleta Betzei y el bergantín Enterprise, ambas dedicadas a la
caza de lobos marinos. Williams intentó sin
resultado comprarle al capitán del Enterprise una chalupa y las cartas náuticas
levantadas por Robert Fitz Roy, pero sólo obtuvo una negativa para lo primero y
permiso para copiar las segundas . Permanecieron en Puerto Americano hasta el 3 de julio dedicados a construir
una chalupa y mientras tanto, el naturalista Bernardo Philippi se encargaba de
copiar las cartas. Durante esos días, se unió a la tripulación el lobero Juan
Yate, quien actuaría como práctico para el cruce del canal Moraleda y los
guiaría hasta el final del archipiélago de los Chonos.
REGRESO A PUERTO
AMERICANO
El 26 de julio intentaron pasar la península de Taitao, pero el mal tiempo, sumado a una avería del timón y una grieta a estribor los hizo retroceder y buscar
refugio nuevamente en Puerto Americano, al que llegaron el 2 de agosto. Al día
siguiente se envió a Miller, Philippi y cinco hombres más de regreso a Chiloé
con la orden de llegar a Dalcahue y desde allí trasladarse a Ancud
por tierra para conseguir víveres, reparar la pieza del timón e informar al
intendente de su travesía. Volvieron 23 días más tarde junto con una lancha que
transportaba las provisiones.
Por un incidente de contrabando con lanchas
chilotas, Williams ordenó al capitán del Enterprise que retirara su nave del puerto. Como no obedeciera, el día
siguiente fueron embargadas las chalupas del bergantín y Williams amenazó con
hacer fuego sobre ellos si no hacían caso de la orden. El Enterprise se retiró de
Puerto Americano hacía una playa cercana y al día siguiente, cuando la goleta
Ancud había zarpado para continuar su viaje, se notificó a los estadounidenses
que de volver a encontrarlos en un lugar sin autoridades chilenas, se confiscaría
el barco.
VIAJE AL ESTRECHO DE MAGALLANES
Continuaron al sur, doblando con éxito la península Tres Montes y atravesando el canal Messier. A lo largo de todo el viaje, fueron bautizando los accidentes geográficos
que encontraban y no aparecían con nombre en sus mapas. El 11 vieron humaredas
de un asentamiento indígena (posiblemente alacalufe) y fueron seguidos por dos
embarcaciones que eran impulsadas a vela y remo. Williams deseaba ser alcanzado
por las canoas para enterarse del origen del género de las velas (que
sospechaba obtenido del naufragio de la fragata francesa Dolphin) y por ello las
esperaron después de cruzar la Angostura Inglesa, pero la pérdida de tiempo que estaba resultando de su empeño lo hizo
desistir y siguió adelante.
Al llegar a la punta Santa Ana,
ya en el Estrecho, divisaron un asta de bandera y al ir a investigar
encontraron un barril enterrado con un documento que dejaba testimonio de que
las embarcaciones Chile y Perú eran los primeros barcos de vapor en pasar del Atlántico al Pacífico por el estrecho de Magallanes
TOMA DE POSESIÓN
Ese mismo día, 21 de septiembre de 1843, a las dos de la tarde todos los tripulantes de la goleta
bajaron a tierra y se tomó posesión formal del territorio circundante en nombre
de Chile. Levantó el acta el sargento 2º Eusebio Pizarro y luego de izar la bandera dispararon 21 cañonazos.
A la mañana siguiente fondeó cerca de allí la Phaéton, fragata de
vapor de la Marina francesa, que se dirigía a Talcahuano en busca de carbón de piedra. Durante su estadía, celebraron una misa en tierra e izaron la bandera francesa sobre su tienda, esto último motivó una queja formal de Williams al
capitán Maissin, por considerarlo atentatorio contra la soberanía chilena.
Maissin le respondió que no tenía ninguna intención de hacer tal cosa y que,
como hasta entonces esos territorios no habían pertenecido formalmente a ningún
estado, era la costumbre que los marineros izaran sus banderas momentáneamente
en tierra y que él había interpretado del mismo modo la presencia del pabellón
chileno sobre la punta Santa Ana. Durante los días posteriores a ese incidente,
las relaciones entre ambas tripulaciones fueron cordiales y luego de las
aclaraciones del caso, se dio por superada la
cuestión e incluso el oficio al Ministro del Interior fue enviado por
intermedio de la Phaéton.
EXPLORACIÓN DEL ESTRECHO
Antes de salir a reconocer el
terreno hacia el este, el 26 de septiembre dejaron en Santa Ana un letrero
grabado con las frases "República de Chile" y "¡Viva
Chile!". Su viaje de exploración no estuvo exento de dificultades, a causa
de los cambios de tiempo y los temporales. Mientras reparaban algunas averías,
un grupo de "patagones" levantó campamento frente a ellos y se establecieron relaciones
amistosas entre ambos grupos. Trocaron tabaco, charqui y galleta por piezas de guanaco en más de una ocasión. Algunos indígenas subieron a la Ancud durante esos días, pero luego el
capitán se lo prohibió porque pedían comida y existía el riesgo de mermar en
exceso las provisiones de la nave. Los chilenos se retiraron de aquel lugar el
4, cuando ya había amainado el viento; siguieron viaje hacia el este, pero no
encontraron otros aborígenes de quienes obtener carne de guanaco ni tampoco
lugares con leña abundante y emprendieron el regreso al oeste.
La goleta Ancud sirvió por tres años como buque de guerra en la Armada de Chile hasta que en 1846 fue desguazada y su casco vendido en $503.