15 julio, 2012

DOMINGO 15° DEL TIEMPO ORDINARIO



NO GUARDES LA PALABRA PARA TI.

Habla en mi Nombre: Tú eres un Profeta ¿Quién de nosotros se atreve a alzarse y a hablar claro al ver en nuestra sociedad o en la comunidad local algo que va contra el evangelio y contra los genuinos valores humanos? El proclamar y extender el evangelio no siempre es bien acogido por la gente. Algunos cristianos llegan incluso a protestar. Muchas veces los mensajeros necesitan valor y audacia, porque van a tener que disgustar a líderes políticos o económicos, quienes replicarán que el mensajero está mezclándose en política y que es un demagogo, cuando lo que hace es simplemente pedir justicia o defender y ser la voz de los pobres que no tienen voz. Pero, como cristianos comprometidos, no podemos quedar mudos, tenemos que hablar y luchar, porque Dios nos ha confiado su palabra. El profeta es literalmente un hombre que habla en nombre de Dios. En esta eucaristía pediremos al Señor Jesús, el profeta perseguido y eliminado, que nos dé valor y fortaleza. 
Elegidos por Dios en Cristo No hemos sido nosotros quienes hemos escogido a Dios, sea porque él nos guste o porque se ajusta a nuestras ideas que tenemos de él, o finalmente porque parece que responde a nuestras aspiraciones. Es él quien nos ha elegido para que seamos sus hijos e hijas. Ha perdonado nuestros pecados y nos ha dado vida por medio de Jesucristo. Todo se nos ha dado gratuitamente; todo es gracia. ¡Qué ricos somos! Somos el pueblo de Dios llamado a darle gloria en nombre de todos los hombres, y a llevarle a él el mundo. Con Jesús damos gracias al Padre por habernos escogido como hijos en Cristo Jesús.