NO GUARDES LA PALABRA PARA TI.
Habla en
mi Nombre: Tú eres un Profeta ¿Quién de nosotros se atreve a alzarse y a hablar
claro al ver en nuestra sociedad o en la comunidad local algo que va contra el
evangelio y contra los genuinos valores humanos? El proclamar y extender el
evangelio no siempre es bien acogido por la gente. Algunos cristianos llegan
incluso a protestar. Muchas veces los mensajeros necesitan valor y audacia,
porque van a tener que disgustar a líderes políticos o económicos, quienes
replicarán que el mensajero está mezclándose en política y que es un demagogo,
cuando lo que hace es simplemente pedir justicia o defender y ser la voz de los
pobres que no tienen voz. Pero, como cristianos comprometidos, no podemos
quedar mudos, tenemos que hablar y luchar, porque Dios nos ha confiado su
palabra. El profeta es literalmente un hombre que habla en nombre de Dios. En
esta eucaristía pediremos al Señor Jesús, el profeta perseguido y eliminado,
que nos dé valor y fortaleza.
Elegidos
por Dios en Cristo No hemos sido nosotros quienes hemos escogido a Dios, sea
porque él nos guste o porque se ajusta a nuestras ideas que tenemos de él, o
finalmente porque parece que responde a nuestras aspiraciones. Es él quien nos
ha elegido para que seamos sus hijos e hijas. Ha perdonado nuestros pecados y
nos ha dado vida por medio de Jesucristo. Todo se nos ha dado gratuitamente;
todo es gracia. ¡Qué ricos somos! Somos el pueblo de Dios llamado a darle
gloria en nombre de todos los hombres, y a llevarle a él el mundo. Con Jesús
damos gracias al Padre por habernos escogido como hijos en Cristo Jesús.