ALGUIEN COMÚN Y CORRIENTE
Un hombre o una mujer como nosotros, común y corriente, cuyos padres conocemos, ¿cómo se atreve a transmitirnos la palabra de Dios – si es que es palabra de Dios? Jesús, el carpintero del pueblo, cuya madre y parientes eran conocidos de todo el mundo, ¿cómo podría obrar milagros; y de dónde sacaría su extraño mensaje? --- La Iglesia, con todos sus defectos, y el pastor, que no es mejor que nosotros, ¿cómo se atreven a hablarnos en nombre de Dios? --- Pues sí; así es. Dios nos habla a través de gente ordinaria. La palabra y el mensaje de Dios son más fuertes que los débiles mensajeros que él envía para proclamar su anuncio profético. Y no solo los profetas o ministros, sino cada uno de nosotros, tenemos que alzarnos y hablar claro, sin rodeos, en favor de lo que es justo y bueno. Jesús nos va a ayudar.