Aquellos a Quienes Dios Hace Felices
La gente que tiene todo lo que
necesita, o que piensa que necesita, no se abre fácilmente a
Dios, ni tampoco a otras personas.
Por otra parte, personas que atraviesan
dificultades son generalmente más abiertas a los demás, más receptivas a la
ayuda y al amor de Dios y de los hermanos, y por consiguiente, son también más
abiertas para ver las necesidades de otros y para ayudarles; ya que saben por
experiencia lo que significa ser pobre, preocupado, afligido y dependiente de
otros.
Jesús nos pide hoy que lleguemos a ser
personas dispuestas a sentir nuestras propias necesidades y a depender de Dios.
Entonces nos abriremos más fácilmente a
nuestro prójimo, tanto para recibir como para dar.
Reconozcamos ahora nuestra pobreza y
dependencia ante el Señor.