COMUNIDAD ACOGEDORA
Cuando los cristianos nos reunimos para
la eucaristía, lo hacemos porque somos comunidad.
Vale la pena preguntarnos ¿Hasta qué
punto vivimos y somos comunidad, aun estando aquí juntos en torno a Jesús?
Quizás falten algunos hermanos, porque
no se sienten aceptados.
Tal vez son demasiado pobres para lucir un
vestuario que consideran adecuado,
Habrá quienes temen que los
menospreciemos por su incapacidad o deficiencia social o mental, o incluso
física.
¿Por qué nuestra comunidad no se abre
suficientemente para integrarlos y para liberarlos de sus temores y soledad?
¿Estamos dispuestos a reintegrarlos a la
comunidad, como hoy nos enseña Jesús con su palabra y con su ejemplo?
Bonita tarea, para empezar la semana y prepararnos a la cuaresma que ya está a la puerta.