Gritando Nuestro Dolor
Hoy se nos recuerda una vez más que hace
mucho tiempo el mismísimo Hijo de Dios gritó su ansiedad y su dolor: "Dios
mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?"
Sabemos que el Señor nos ha hecho para
ser felices, y, sin embargo, nosotros también tenemos cruces que llevar.
No siempre vemos la razón de nuestra
miseria y nuestro sufrimiento.
Vemos también cómo Jesús curaba a
algunos enfermos, pero ¿qué eran éstos en medio de tantos otros no curados?
Recordamos que la cruz llevó a Jesús a
la vida y a la resurrección.
Nosotros expresamos hoy nuestra
confianza y esperanza en un Salvador que sufrió con nosotros y por nosotros.