Cruz y Gloria
Cuando estamos sufriendo, nos produce
felicidad oír una palabra de preocupación y de ánimo.
Es una experiencia feliz cuando, en
medio de nuestras cuestiones y problemas, nos llega un rayo de luz que levanta
nuestro ánimo y nos asegura que Jesús viene con nosotros en nuestro fatigoso
caminar.
Nos resulta reconfortante, durante el
tiempo de Cuaresma, el hecho de que Jesús mismo, en el misterio de la
Transfiguración, nos dé una visión fugaz anticipada de su victoria en Pascua.
Todo eso es maravilloso y queremos que
dure, pero como Pedro y con Jesús tenemos que volver a las realidades de la
vida.
Nos hace bien recordar que Jesús está
siempre, con nosotros, aun cuando no estemos conscientes de ello.