Escucharé la voz del Señor, porque habla
de paz.
¿Podemos encontrar al Señor en el caos
de nuestras dudas, nuestra confusión, nuestra fe vacilante?
¿Podemos encontrarle todavía en el
desorden de nuestro tiempo?
Dios está aquí en las tormentas y dificultades
del pequeño mundo de nuestro propio corazón;
y también en el ancho mundo, dividido y
amenazante, en donde es difícil reconocerle.
Si realmente encontramos al Señor en la
fe, en la amistad y en el amor, entonces el Señor hace que todo se vuelva tranquilo,
aun cuando el viento huracanado siga soplando, ya que el Señor deja sentir su
presencia.
Sigamos confiando, sigamos creyendo,
pues el Señor está con nosotros.