06 agosto, 2017

DOMINGO 18º DEL TIEMPO ORDINARIO




Este es mi Hijo amado. Escúchenle.

Según San Lucas, cuando Jesús está a punto de partir hacia Jerusalén para llevar a cabo su “éxodo” a través de su pasión y muerte, la luz de su resurrección se proyecta ya anticipadamente sobre él en el misterio de su Transfiguración.

Ocurre como una anticipación alentadora de su gloria, para fortalecerle en su camino hacia el sufrimiento.

Poco antes de la Pasión, cuando la fe de los apóstoles se verá seriamente probada, Jesús les muestra su verdadero rostro, transfigurado por la luz de Dios.

Moisés y Elías, la Ley y los Profetas, también dan testimonio de Jesús.

Éste es el Hijo predilecto de Dios: escúchenle; miren más allá de las apariencias. Esta visión y este mismo mensaje lo recibimos nosotros hoy.