Domingo 10º del tiempo ordinario.
Damos gracias a Dios si en momentos de
angustia y aflicción hay alguien a nuestro lado que nos susurra: “¡Arriba,
levántate!
Hay tantas cosas por las que vale la
pena vivir…”
Demos también gracias a Dios, si
nosotros mismos podemos decir a alguien que se siente derrotado en la vida: “¡Vamos,
arriba! ¡A vivir de nuevo!”.
Cada domingo en la eucaristía y a cada
paso en nuestro caminar diario está Jesús con nosotros y nos dice: “¡A ustedes les
digo, levántense! ¡Vivan! ¡Vivan mi vida, para Dios y los unos para los otros!”
Abramos nuestro corazón a la palabra de
vida que Jesús nos regala este domingo.