¿Podemos encontrar al Señor en el
caos de nuestras dudas, nuestra confusión, nuestra fe vacilante?
¿Podemos encontrarle todavía en el
desorden de nuestro tiempo?
Él está aquí en las tormentas y
dificultades del pequeño mundo de nuestro propio corazón; y también en el ancho
mundo, dividido y amenazante, en donde es difícil reconocerle.
Si realmente encontramos al Señor
en la fe, en la amistad y en el amor, entonces el Señor hace que todo se vuelva
tranquilo, aun cuando el viento huracanado siga soplando, ya que el Señor deja
sentir su presencia.
Sigamos confiando, sigamos
creyendo, pues el Señor está aquí con nosotros.
Boletín dominical de la Diócesis de Punta Arenas - Chile