No teman: La Paz Esté con Ustedes
Para la gente que tiene miedo es
difícil mantenerse firme en aquello en que creen, y hablar abiertamente de sus
convicciones. Para los que han sufrido mucho, o han visto mucho mal y
aflicción, es difícil aceptar que las cosas puedan cambiar a mejor y que
incluso nuestra miseria y nuestras heridas puedan ayudar a aliviar la carga de
otros. Todo esto se vuelve posible y creíble cuando encontramos al Señor
Resucitado.
Él muestra las cicatrices de sus
heridas y, sin embargo, es el Señor glorioso. Sus heridas nos sanan. Y, en cada
eucaristía él nos dice que vayamos a divulgar su mensaje de alegría.
Boletín semanal de la Diócesis de Punta Arenas - Chile