“Permanezcan en mi amor”
Con frecuencia nos sorprendemos de
lo inventivo que puede ser el amor y de descubrirlo donde menos lo esperábamos.
Causa sorpresa que un marido adusto propicie a su esposa un gesto impredecible
de ternura, o el que una pareja que vive en sector popular adopte a un niño
abandonado en la calle. El amor de Dios, siempre sorprendente y asombroso, es
la fuente de todo eso. Nos lo muestra él cuando renuncia a su propio Hijo por
nosotros. Jesús siguió mostrándonos en forma humana el amor de Dios, cuando se
preocupó por la gente y dio nuevas oportunidades incluso a marginados y
proscritos, a los no amados y a los “no atrayentes”. Hoy nos convoca a
nosotros, sus amigos, y nos dice: “Ámense unos a otros como yo les he amado”.
Con estas palabras nos desafía ahora, en este domingo.
Pidamos al Padre que no permita que
pongamos límites ni fronteras a nuestro amor…