SI TENEMOS FE
SENTIREMOS SU PRESENCIA
Quizás sintamos
envidia de los apóstoles, porque vieron y experimentaron a Jesús después de que
resucitó de entre los muertos.
No hay ninguna
razón para tenerles envidia:
si tenemos fe,
nosotros también le experimenta remos como resucitado, vivo, presente, y
compartiendo nuestra vida.
Si tenemos fe,
sabemos que él está aquí, cuando sufrimos contratiempos y fracasos, o cuando
nos regocijamos por cosas bellas de la vida.
Si tenemos fe,
sabemos que Jesús está ahí cuando nos fortalecemos y animamos unos a otros.
Si tenemos fe,
sabemos que Jesús está con nosotros cuando compartimos una comida de amistad,
y, especial y profundamente, cuando participamos y comemos juntos en el
banquete de la eucaristía.
Alcemos nuestras
cabezas y sintámonos felices:
¡El Señor
Resucitado está con nosotros en nuestra vida!