“Buenos
Cristianos y honestos ciudadanos”
Algunas veces se acusa a la Iglesia de
mezclarse en política o en los asuntos del estado.
La Iglesia tiene que alzar su voz
profética para formar la conciencia de sus miembros con respecto a aspectos
morales de cuestiones políticas y económicas.
Para procurar que las leyes de Dios, los
derechos humanos y la dignidad del hombre sean respetados.
Un buen cristiano debe ser también buen
ciudadano y debe asumir sus responsabilidades hacia la comunidad humana.
La Iglesia y el estado deben respetarse,
-Iglesia libre en un Estado libre- deben convivir armónicamente, sin tratar de
controlarse mutuamente. Demos al estado lo que pertenece al estado y a Dios lo
que pertenece a Dios.
HOY - DOMUND; Haz tu aporte a la misión.