“Los llamó y los fue enviando de dos en dos”
Dios es el autor
de las dos grandes acciones que afectan a todo ser humano e incluso a todo ser:
la de la creación y la de la salvación. Los seres humanos participamos por
deseo de Dios en esas dos tareas. No participamos en crear, pero sí en mantener
la creación para hacerla más humana. La creación sigue siendo un proyecto no
ultimado, en el que nosotros tenemos responsabilidades de “creadores”. Hemos de
evitar el mal uso de la Naturaleza, su deterioro y su aprovechamiento egoísta
por unos pocos o por una generación a costa de las generaciones futuras.
Participamos con
capacidad de decisión en la salvación. Podemos incluso imponernos a la acción
de Dios y prescindir de esa salvación que nos brinda. Si la aceptamos, nuestra
salvación necesita de nuestra cooperación. Cooperamos ante todo para la propia
salvación; pero también en la de los demás, como los demás cooperan en la
nuestra.
Enviar de dos en
dos como Jesús envía a sus discípulos alude a que participar en la misión que
Dios nos ha encargado siempre tiene dimensión comunitaria: ha de superar el
individualismo del que se cree el único que tiene la palabra, el gesto la
acción adecuada.
Boletín dominical de la Diócesis de Punta Arenas - Chile