Marcado con
Heridas
Nuestra fe en el Señor Resucitado es una
fe concreta, una fe en alguien que ha resucitado, sí, pero que no es un
“fantasma”, ni un producto de la imaginación, sino alguien real y totalmente
como nosotros en todo menos en el pecado, sin excluir heridas, cicatrices y
dificultades.
¿Es éste el Cristo en quien creemos, que
camina con nosotros en el camino de la vida, que nos sostiene con su amor y
fortaleza cuando tenemos problemas y nos sentimos heridos?
Él ha resucitado realmente, y viene con
nosotros para ayudarnos a levantarnos ahora ya en esta vida por encima de
nuestros problemas, temores y cobardía, hasta que nos acoja en su eterna
alegría y felicidad.
Que sea este Jesús el que esté con
nosotros, con el que nos podemos identificar y del que damos testimonio en la
vida de cada día.
Boletín dominical de la Diócesis de Punta Arenas