A
no Ser que Ustedes se Arrepientan
Todos sabemos que Cuaresma es un tiempo de conversión.
Hay mucho mal en
el mundo.
Y tenemos conciencia de que también hay mucha maldad en nosotros
mismos.
Éstas son ciertamente razones para un cambio.
Pero la razón más
profunda para la conversión no es el mal que percibimos en nosotros mismos y a
nuestro alrededor en el mundo, ni los castigos que podamos recibir para pagar
por nuestros pecados.
El último y más profundo porqué para la conversión es
Dios mismo:
Encontrar personalmente a Dios y su amor.
Nuestra fe en Dios y en
su fidelidad hacia nosotros, y la bondad que nos mostró en Jesús son los
motivos más profundos para arrepentirnos y para responder a su santidad.