“María
eligió la mejor parte”
Las mujeres alcanzan tal relevancia
en el evangelio de hoy de Lucas que Marta y María, junto con Jesús, ocupan todo
el relato. Era cosa muy extraña para aquel tiempo que las mujeres gozaran de
tanto protagonismo y de tanta atención por parte de un maestro como Jesús.
Tampoco un hombre podía estar hablando públicamente con una mujer, y mucho
menos aún enseñarle, sin recibir el rechazo feroz de sus vecinos. Por eso,
Lucas quiere decir algo con su evangelio, pues el relato está lleno de
“rebeldías” y de escándalos sociales y religiosos, y, a pesar de ello, nos lo
cuenta.
Desde luego, el evangelista no
quiere enseñarnos que Marta, sirviendo a los invitados, representa la acción,
lo material, el ajetreo, el ruido de los acontecimientos y la inquietud de la
vida, mientras que María, al prestar total y exclusiva atención a la palabra de
Jesús, encarna la contemplación, la oración, lo espiritual, la paz interior,
como se ha venido afirmando interesadamente a lo largo de toda la tradición
cristiana. Porque ¿cómo va a estar Jesús censurando o minusvalorando la
hospitalidad de Marta, si en el AT era grandemente bendecida y recompensada por
Dios, como se advierte en la primera lectura de hoy, que nos muestra la
hospitalidad de Abraham, mejor dicho, la hospitalidad de Sara, que fue quien
realmente preparó el pan para los invitados? La parábola del buen samaritano
–que Lucas ha narrado inmediatamente antes de esta escena de Marta y María–
ensalza sobremanera la “acción” de compasión y de servicio (actuación) de este
extranjero samaritano con aquél que habían dejado medio muerto los ladrones. Y
censura a aquellos sacerdotes, que seguramente “rezaban” mucho y tenían “vida
contemplativa”, pero que pasaron de largo y no hicieron nada por auxiliar al
enfermo. No es posible, pues, que se hable en esta escena de Marta y María de
dos actitudes cristianas, en la que tiene la primacía la oración y se le da una
importancia secundaria al servicio de la mesa a los demás. La cuestión parece
ser muy otra. Más bien parece tratarse en esta narración evangélica de la
destrucción que lleva a cabo Jesús de los estereotipos que había sobre las
mujeres.
EL EVANGELIO DE ESTE DOMINGO EN VÍDEO