23 octubre, 2016

Domingo 30º del tiempo ordinario


Pobres y Humildes ante Dios.

Con demasiada frecuencia pretendemos ser mejores de lo que realmente somos.

Nos ponemos máscaras y no nos atrevemos a mostrar nuestra verdadera identidad, ni siquiera ante Dios.

Este domingo, en la parábola del fariseo y del publicano, Jesús nos da el siguiente mensaje: Pónganse ante Dios tal como son; sean humildes y honestos con ustedes mismos, y así aprenderán a vivir sin pretensiones ante Dios y ante la gente que les rodea.


Tal actitud nos acerca más, sin falsedad, a Dios, a nosotros mismos y a nuestros hermanos. Así será escuchada nuestra oración.