Papás y mamás de niños y niñas que participan en la Catequesis de iniciación a la Vida Eucarística pudieron experimentar el gozo interior de una hora de encuentro y diálogo personal con Jesús.
A las 11.00 horas de Chile -17.00 hora romana- nos reunimos para una excepcional HORA DE ADORACIÓN
en simultánea con el Papa.
Las fotos que acompañan esta nota ilustran los intensos momentos vividos ante la serena y sencilla Majestad del Señor presente en el sacramento de la Eucaristía.
Eran las cinco de la tarde en Roma. Un
rayo de luz se filtraba desde la cúpula de la Basílica de San Pedro y caía
sobre el altar de la confesión. La Iglesia católica vivió un acontecimiento
único. En muchos lugares se festejaba el Corpus Christi y el Comité para el AÑO DE LA FE organizó
para esta fecha una Adoración Eucarística mundial y simultánea.
La Hostia centraba la mirada del Papa
Francisco y de miles de peregrinos que acudieron a rezar con él durante una
hora ante la Eucaristía. A la vez, en todos los rincones del mundo millones de
católicos se reunieron para rezar en catedrales y parroquias.
La ceremonia en Roma fue solemne, pero
sencilla: algunos cantos litúrgicos, oraciones y lecturas de la Biblia y, sobre
todo, largos ratos de silencio orante.
En América, la hora de adoración
coincidió con la mañana, en el Atlántico, Europa y África los cristianos
rezaron por la tarde, en Asia era de noche y en el Pacífico era ya la madrugada
del 3 de junio.
El Papa no dijo nada durante la
ceremonia, se limitó, unos días antes a fijar las intenciones de esa hora de
oración. Rezó por una Iglesia “más
bella, sin mancha ni arruga” y por todas las personas necesitadas: las víctimas
de la guerra, del tráfico de personas y el narcotráfico, y quienes padecen la
explotación laboral y el desempleo.
A las 11.00, puntualmente, en el santuario de Jesús Nazareno hicimos exactamente lo mismo que el Papa Francisco hizo en Roma.
¡Viva Jesús Nazareno!