LOS POBRES SABEN CÓMO COMPARTIR
Para algunos es algo sorprendente y
alentador el ver cómo muchos pobres se ayudan unos a otros, cómo comparten lo
muy poco que tienen y cómo lo hacen sin alardear, discreta y espontáneamente.
¿No habría de ser esto para todos
nosotros una invitación a la conversión, a mayor generosidad?
Esto hace que el pobre se convierta así
en benefactor, el que recibe en donante, el indigente en persona rica a los
ojos de Dios.
¿Dónde nos encontramos nosotros?
¿Sabemos cómo dar, con confianza en Dios
y en los hermanos?
Unámonos a Jesús Nazareno en su
sacrificio, en la eucaristía y en la vida, porque él se dio totalmente a
nosotros.