22 marzo, 2015

DOMINGO 5° DE CUARESMA


PERDER LA VIDA PARA ENCONTRARLA

Todos los que cultivan plantas, incluso gente de la ciudad que aman las flores, saben que las semillas tienen que morir en la tierra para que los retoños puedan brotar de ellas y darnos flores llenas de color.

La semilla tiene que morir para dar vida.

De la misma manera, Jesús murió para darnos vida.

Y nosotros, sus discípulos hoy, tenemos que seguir sus huellas.

Tenemos que entregarnos a nosotros mismos para que los otros sean felices y vivan.

San Pablo dice con Jesús: "Nadie vive para sí mismo".


¿Podemos decir eso de nosotros mismos? 


Boletín dominical de la Diócesis de Punta Arenas