10 noviembre, 2013

DOMINGO 32° DEL TIEMPO ORDINARIO


DIOS DE LOS VIVIENTES

Ninguna creencia, ninguna doctrina de fe es tan fundamental para nosotros cristianos como la de creer que Jesús, nuestro Señor, resucitó de entre los muertos y vive para siempre.

Juntamente con esto está nuestra fe  -que para la gente pragmática de nuestra época parece mucho más difícil de aceptar-   en que después de nuestra muerte nosotros también  resucitaremos a una nueva vida.

Somos el pueblo de un Dios de vida. Somos el pueblo de la resurrección. Somos el pueblo que espera un futuro infinito de felicidad, alegría y amor.

Expresamos esta fe, tranquila pero firme, al reunirnos, cada domingo, alrededor de nuestro Señor resucitado.

Pidamos al Padre del cielo que afiance y fortalezca esta nuestra fe:

Oh Dios, fuente de vida:
Tú nos has creado para la vida, el amor y la alegría.
Ya que tomamos parte también en la cruz de Jesús,
en las penas y dolores de la vida,
mantén viva nuestra esperanza
de que tu amor fiel tendrá la palabra final
y de que la vida vencerá a la muerte
porque tú has resucitado a Cristo de entre los muertos.
Danos un anhelo firme y una fe inquebrantable
en que tú nos resucitarás con él;
y haz que esta convicción sea nuestra fuerza

cada día de nuestra vida. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. 


El Evangelio para este domingo.